El proyecto empezó situando el salón en la parte de la vivienda que daba a la calle Banys Nous, la parte de la casa que disfruta de una mayor entrada de luz gracias a sus ventanas y balcones. Sin embargo, había que buscar una solución e inventar algo para resolver la conexión, circulación e iluminación entre esta zona y la parte trasera de la planta.
El problema se resolvió cruzando dos programas: la cocina y el baño, formando una cruz blanca (Crusch Alba). Así se creó un eje de circulación para la parte más complicada y oscura de la vivienda donde se encuentran la cocina, los tres dormitorios y el baño. La cruz se ha revestido con materiales blancos potenciados con una intensa iluminación. La cocina y el baño se utilizan también como zonas de paso, por lo todo está escondido en armarios que hacen la función de paredes.
La utilización de puertas correderas hace que el espacio pueda ser utilizado como un loft o como un apartamento de tres habitaciones. Estas puertas permiten que las habitaciones se conviertan en dormitorios individuales o formen parte del mismo espacio familiar compartido con la cocina. Lo mismo se ha hecho con el baño, que puede ocultarse tras una puerta corredera que lo separa de un área de descanso en una de las habitaciones de los niños. El salón queda separado de la cruz blanca y las áreas privadas del apartamento por una pared estructural.
Fotografías: Bruno Helbling
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